sábado, 1 de noviembre de 2014

Mis lecturas: Los cisnes no tienen alma, los violines sí.



Los cisnes no tienen alma, los violines sí
María José Voltes
Finisterrae Ediciones
223 páginas


Sinopsis de contraportada
Los cisnes no tienen alma, los violines sí parte de un breve cuento para niños en el que Cuqui, una preciosa coneja belier, encuentra a su gran amor: Arturo. La novela se inicia inmediatamente después con los personajes ya humanizados con sus miedos e inseguridades, siguiendo el hilo de la historia. En ella, Teodora, una anciana melómana, arisca y autoritaria con la joven, conectará rápidamente con la protagonista y se dedicará a adentrarla progresivamente en el mundo de la música. Así, entre otras cosas, Cuqui aprenderá la diferencia que hay entre un concierto y una sinfonía, descubrirá que Chopin era polaco y no francés, y que no hay que tratar con ligereza a Erik Satie o la Rapsodia sobre un tema de Paganini.

Mi opinión
Cuando la autora me ofreció la lectura de este libro acepté sin saber qué me iba a encontrar simplemente porque el título me encantaba (creo que ya he manifestado otras veces que me dejo llevar bastante por la cubierta externa y el título, incluso antes de leer la sinopsis) y porque la protagonista era un preciosa conejita belier. 

Imaginé que María José había escogido "humanizar a conejos" con el fin de desarrollar una trama, lo que aún me llamaba más la atención.

En el primer capítulo: "Un cuento para niños antes de comenzar esta historia", nos describe a Cuqui una precisa coneja que sufre porque su belleza es envidiada por todos, lo que la llevaba a estar triste y sola. 

A partir de ahí y con Cuqui como protagonista humanizada, la autora nos lleva de la mano por treinta y nueve capítulos y un epílogo final en el que explica el porqué de esta obra. 

En esas páginas vamos a acompañar a Cuqui en lo que yo llamaría su "crecimiento personal", desde su situación inicial de desvalimiento encuentra al amor de su vida y piensa que con ello han terminado sus problemas, cuando en realidad no han hecho más que comenzar. 

Aparece en escena una figura muy importante para la trama, Teodora, una anciana enamorada de la música que la introduce en un mundo nuevo de aprendizaje a través de los grandes compositores: Beethoven, Chopin o Tschaikovsky y se convierte en su consejera y maestra.

La música ocupa un lugar importante en esta novela pues es el medio a través del que la autora expresa la madurez que va adquiriendo nuestra querida Cuqui en todas las parcelas de su vida. 

Cuqui se esfuerza cada día por ser cada vez mejor, pero en su camino sentirá la punzada de los celos, de la incomprensión, de la rivalidad, del vacío, de la tristeza, de la insolidaridad... que la autora va resolviendo de manera muy adecuada hasta el punto de que en determinados momentos me parecía tener entre mis manos un libro de autoayuda.

Suceden muchas más cosas en esta urdida trama, muy bien llevada y de lectura ágil, que tendrás que averiguar leyendo esta bonita novela en la que descubrirás por qué los cisnes no tienen alma y los violines sí. 

Os aconsejo que su lectura al mismo tiempo que escucháis las piezas musicales que se describen en cada capítulo pues de esa manera lo pasareis en grande. Para ello os dejo el enlace a una lista con la música de la novela que ha creado Porlomenix (uno de los administradores del grupo de Facebook Club de lectura: Con un libro entre las manos)


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