sábado, 22 de mayo de 2010

!Estamos de Feria¡

Ayer comenzó la Feria de Nuestra Señora de la Salud.
Iluminación, albero, vino, música, palmas, gentío, calor ... en definitiva lo que es una feria...jajaja...diversión.
Estais invitados
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miércoles, 19 de mayo de 2010

Este jueves un relato: Historias alrededor de una taza de café

Para Susurros de Tinta, por su ayuda y por un pronto retorno

¡Qué mierda de vida!, pensó, mientras ayudaba a su madre a recoger los platos del almuerzo. Después, salió de la cocina y cogió del perchero su chupa de piel negra. Desde hacía días, las temperaturas habían descendido y apetecía echarse algo encima. Se despidió a voces desde la misma puerta y cerró con un portazo; fruto más de la corriente de la corriente de aire, que de la fuerza que imprimió.
Nada más salir a la calle se enfundó en la cazadora y se subió el cuello. Encendió un cigarrillo y aspiró despacio. Debía dejarlo, pero no encontraba el momento.
Se dirigió calle arriba, como siempre, hasta el bar de Rafael, el bizco. Le gustaba el café que servían allí, a pesar de que un día sí y otro no, discutía con el dueño.
Descorrió la cortina de bolitas de plástico y fue hacia la barra. Joaquín, el camarero se acercó nada más verlo.
—¿Lo mismo de siempre Baldomero?
—Lo mismo, no vamos a cambiar a estas alturas —dijo entre dientes.
Le puso la taza con el cremoso café solo y dos azucarillos. Baldomero disfrutaba viendo cómo se hundía el azúcar, poco a poco. Después cogía la cucharilla y siempre de la misma forma, siguiendo las manecillas del reloj, removía sin parar, mientras en su mente las preocupaciones se iban adueñando de sus neuronas. Un ritual diario.
Bebió un sorbo y la deliciosa mezcla llegó a su estómago y entró en vena directamente, con la consiguiente subida energética.
Observaba, pasmado, el giro de la cucharilla en la estimulante bebida y cavilaba sobre su vida.
Reconoció, a su pesar, que era un cenizo, como le llamaba su querida amiga, Susus, cada vez que él le contaba alguna de sus peripecias. ¿Qué podía hacer para evitarlo? Quería salir de aquellas situaciones embarazosas en las que se metía, sin desearlo, y que le convertían en un desgraciado. Por más que lo intentaba nunca conseguía llevar una vida normal y corriente, algo tan fácil para la mayoría de los humanos. Bebió otro sorbo y lo paladeó como si fuera un experto catador.
—¡Caramba! Con lo cutre que es este bar y el buen café que hacéis —le dijo al camarero.
—Café Catunambú, Baldomero. El de toda la vida ¿A qué sabe a gloria?
A gloria, le supo el beso que Nadia le estampó en la boca la noche anterior al despedirse. Y sin embargo, creía que no se lo merecía. Él no poseía nada que ofrecerle. Se sentía como una asquerosa cucaracha a su lado y sin embargo, la amaba como nunca antes lo había hecho.
Volvió a mover el café, pero absorto en sus pensamientos comenzó a girar la cucharilla en el sentido contrario. Joaquín que sabía de sus costumbres, se extrañó y le comentó riendo.
—¿Pues no que parece que está usted en Australia?
—¿En dónde?
—¡Coño! En Australia. Donde el agua del retrete gira en sentido contrario cuando se va.
No entendía por qué le decía aquello hasta que se fijó en el movimiento de su mano, y casi sin solución de continuidad supo que su vida debía de dar, no ya un giro de ciento ochenta grados, sino ponerse boca abajo. De esa manera terminaría con el maleficio que se cernía sobre él desde que nació.
—Esos son patrañas, Joaquín, pero me has dado una gran idea. Me voy —dijo eufórico.
—Un euro —le respondió Joaquín, dándole la cuenta.
—No te enteras, Joaquín. Digo, que me voy de Sevilla, de España. Me marcho a las Antípodas. Allí y solo allí, podré ser otra persona. Está claro como el agua clara. Un nuevo Baldomero renacerá en el lado opuesto de este bendito país. Uno que tendrá una vida normal y corriente; que ya estoy cansado, ¡joder!, de que todo me salga mal, de ser un cenizo —dijo enfadado.
—¡Anda, ya! Mira qué eres exagerado.
En aquel preciso instante la tierra tembló con tal violencia, que las botellas del anaquel, cayeron y se estrellaron contra el suelo rompiéndose en mil pedazos y derramando sus ambarinos líquidos, con un estruendo que se sumó al del propio terremoto. Baldomero agarrado a la barra, pálido, no se atrevía a moverse. Cuando la tierra se amansó y antes de que se volviera a repetir el terremoto, el camarero se dirigió a Baldo con mucha guasa.
—Cerca, pero que muy cerca, me parecen a mí esas Antípodas.
Mas historias alrededor de una taza de café en casa de Gustavo

lunes, 10 de mayo de 2010

Venid conmigo, os invito

Amigos, os invito a un paseo por nuestros patios cordobeses en primavera. Lugares comunes de encuentro, para compartir y disfrutar.
Bellamente engalanados para el deleite de nuestros sentidos.
Dejaros llevar y adentraros, relajadamente, en el torbellino multicolor de las flores y sumergiros en el perfume de las rosas hasta la embriaguez.
Comenzamos... y no os alejeis que son muchos y os podeis perder.



Video de Keny en youtube

miércoles, 5 de mayo de 2010

Este jueves un relato: El regreso


Sólo quedan dos días para regresar.

Mi alma protesta con una infinita congoja que paraliza mi respiración en un suspiro entrecortado y llora con lágrimas retenidas que aportan un brillo especial a los ojos que intento disimular. Me debato ante la decisión que he tomado de volver. Podría no hacerlo, esperar un tiempo, pero al final daría igual. Volvería a este mismo punto en el que hallo, con la misma angustia atrapada en la garganta y el miedo transpirando por los poros de mi piel.

Sólo quedan dos días para regresar.

Te abandonaré y ello me produce un hondo sentimiento de culpa. Sí, lo sé muy bien. No debería tenerlo. Simplemente, las circunstancias han cambiado y no me queda más remedio que adaptarme. En la teoría es fácil decirlo; el problema radica en llevarlo a la práctica. Y ahí, me doy cuenta de que no me siento preparada, que mi omnipotencia era ilusoria y que en el fondo me carcome la culpabilidad por el desamparo en que te dejo. O lo que es peor, la sospecha de que deposites tu amor en esa otra persona que estará a tu lado, con lo que añado a la culpa, el fantasma de los celos.
Mi amor, muy pronto no formaré parte de cada uno de tus instantes; no te cubriré de besos a todas horas; no percibiré el incesante galopar de tu corazón sobre mi pecho; tampoco compartiré contigo el tiempo de alimentarte, ése que nos llena de placer; ni velaré tu sueño en el que tus mejillas se tintan del color de las manzana rojas. No podré responder a tu llamada y llenarte con mi amor cada vez que lo necesites.

Sólo quedan dos días para regresar al trabajo. Se termina la baja maternal.

Más regresos en el blog de Gustavo

domingo, 2 de mayo de 2010

¡FELIZ DIA!

A todas las que lo somos, y a las que en un futuro lo serán este es mi homenaje.

La visión que de una mamá puede tener su hijo pequeño lo ha escrito de manera magistralmente mi amiga Tere en su blog Castelldefoc.  


Yo con mi hija recién nacida (¡qué tiempos!).

"Dice mi madre que soy de canela
que mi cuna fue de lana con adornos de azucena
Dice mi madre que mis ojos son de miel y me los dieron
dos luceros en un lindo amanecer.
Dice mi madre que si me muevo voy derramanado fragancia de espliego y romero.
Soy lo que mas quiere y por eso ella me ve: de canela, de espliego, de lana y de miel".

De pequeña le regalé un libro de poemas ilustrado y este poema acostumbraba a leérselo a mi hija, para que supiera que era lo que sentía hacia ella y ella me lo escribió con su letra infantil para que tu viera su recuerdo.




A mi madre:
Te quiero mamá, allá donde estés. Nunca te olvido y siempre formas parte de mí.

FELIZ AÑO 2024

  7 meses sin escribir en el blog y vuelvo como en años anteriores con deseos de compartir que esta comunicación ocasional no se termine. Ha...